El 2014 un año que da miedo
¡Feliz año nuevo! Esta es la
frase más escuchada en esta época del año. Cargada de buenos deseos para todos,
la felicidad es algo muy deseado junto con la salud, el trabajo, dinero y amor.
Pero este 2014- con apenas unos días-, es ya un año con un panorama gris y
turbulento para la gran mayoría de los mexicanos.
Apenas estamos disfrutando de
la magia de los Reyes Magos y el costo de la reforma fiscal ya ha impactado en
la vida cotidiana. Orientada –según el argumento oficial- para que los que “más
ganan paguen más”, no hay duda de que esto también va a sentirse en la
bolsillos de los pobres, los extremadamente pobres y la endeudada clase media.
Hay un dato que acaba de publicar
el diario de The Economist, en donde asegura que el precio de la canasta básica
en México ha aumentado 21% del 2010 a la fecha. Así, 13 % de la población
mexicana no puede “pagar la cantidad mínima de alimentos para el bienestar básico”.
Pero según datos del Inegi, “la
población ubicada en la parte más baja de la escala de ingresos gasta la mitad
de lo que gana en alimentos”. Así, el precio de la canasta básica ronda los $40
pesos y el salario
mínimo se
ubicó para este año en $67 pesos diarios.
Pero no todas son malas
noticias. El servicio informativo Bloomberg, realizó un estudio en donde
determinó los índices de ganancias o aumento en las fortunas personales de los
300 hombres más ricos del mundo. Y el resultado es que el 2013 fue fenomenal
para estas personas, ya que en conjunto aumentaron 524 mil millones de dólares,
una cifra que representa poco menos de la mitad del valor de la economía
mexicana.
Las buenas noticias para
México, es que dentro de estos 300 multimillonarios, hay cuatro mexicanos.
Carlos Slim (América Movil, Telmex, etc.), Sara Mota Larrea (Grupo minero
México), Alberto Bailleres (Palacio de Hierro, Peñoles y GNP) y Ricardo Salinas
Pliego (TV Azteca).Todo un orgullo nacional, sobre todo para los 53 millones de
pobres con los que cuenta el país y que no encuentran forma de salir de su
pobreza.
Por eso este 2014 se ve gris
desde ahora. Porque el gobierno federal festeja la entrada en vigor de las reformas,
pero hay voces que aseguran que esto no va a cambiar la situación de estos 53
millones de pobres ni del resto de los mexicanos.
El secreto radica en que se
obliga a pagar mayores impuestos pero no se crean estrategias o programas
específicos y novedosos para erradicar la pobreza. Lo mismo con la reforma
energética, que abre las puertas a las grandes inversiones y en la misma medida
da luz verde para violentar los entornos sociales, ecológicos y culturales en
pos de explotar los hidrocarburos sin -prácticamente- ninguna limitante real.
¿En qué puede derivar esto? En
que los derechos de ciertos grupos sociales estén en riesgo. Que comunidades
enteras puedan ser despojadas de sus tierras por grupos de inversionistas con
el fin de explotar la riqueza natural. Que no existan medios –por falta de
leyes o por corrupción- que proteja a los afectados e ir generando así mayor
encono social.
No hay que olvidar que México
está considerado como un país con un alto riesgo de un estallido social
violento y la realidad cada vez se tensa más. Michoacán es el mejor ejemplo de esto. Entre
grupos de autodefensa, organizaciones criminales, falta de autoridad y un
estado fallido, la violencia está tocando la puerta de una guerra civil
desastrosa.
Ya lo dijeron los funcionarios
del gobierno federal que los beneficios de estas reformas no van a ser
inmediatos. Pero lo que si fue inmediato es que al abrir los ojos en este 2014,
nos encontramos con que la vida es más cara, independientemente de los niveles
de ingresos de cada persona.
También, que muchos –a manera
de profetas funestos- ya prevén una situación económica dura. Muchos rumores
van dirigidos hacia una medida radical como sería una nueva devaluación del
peso y caer en un escenario muy parecido al del “error de diciembre” de 1994, a
propósito de los 20 años de entrada en vigor del Tratado del Libre Comercio de
América del Norte.
Hay crisis en la economía
nacional; las remesas reportaron su nivel más bajo de muchos años en diciembre
de 2013; el crecimiento económico previsto sigue siendo mínimo y hay sectores
como el inmobiliario, que está por detonar en un problema grave debido a la
falta de pagos y los créditos vencidos.
Pero esperemos que estas
predicciones sean solo una exageración y que al menos podamos mantener el nivel
que tuvimos en 2013. Que esto ya es mucho pedir para como arrancó este 2014. La
cosa no está nada fácil pero dentro de mis deseos de año nuevo, está el hecho
de que nos podamos mantener en el rango en el que estamos. Que no es el ideal,
es cierto, pero mejorar es el gran sueño incumplido de México y empeorar -la
otra cara de la moneda- ya nos está tocando los pies…