La polémica del Sistema Penal Acusatorio

La polémica del Sistema Penal Acusatorio
El Nuevo Sistema Penal Acusatorio, resultado de una de las reformas que ha impulsado el gobierno de Peña Nieto, fue presentado como una de las herramientas más profundas que harían de la impartición de justicia, una serie de procedimientos confiables y con el mayor número de garantías para las víctimas.
A tres años de comenzar con su implementación, los resultados parecen contrarios. No solo no ha mejorado la impartición de la justicia ni la confiablidad de los juicios, sino que ahora son los propios gobernantes los que se quejan de que el Sistema Penal Acusatorio beneficie más a los delincuentes que a la sociedad misma.

Miguel Ángel Mancera, jefe de gobierno de la Ciudad de México y presidente de la Comisión Nacional de Gobernadores (CONAGO), señaló en su momento que tendríamos que estar preparados para la liberación anticipada de 4 mil reos en la CDMX, mientras que hizo un llamado para hacer nuevas modificaciones a este sistema penal.
Esto debido que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) determinó que los presos juzgados en el antiguo sistema de justicia,  pueden solicitar la revisión de su caso y enfrentar el proceso conforme a los criterios del nuevo sistema de justicia penal.
Además, otro de las acusaciones graves que enfrenta el Sistema Penal Acusatorio, es con respecto a las detenciones relacionadas con armas de fuego,  debido a que la CONAGO expresó su preocupación de que los acusados no se les mantengan en prisión preventiva y en la mayoría de los casos, alcancen su libertad.
Una especie de “hipergarantismo” con los delincuentes, dijo Omar Fayad, gobernador de Hidalgo.
Pero lo peor de todo, es que los miembros de esta comisión han sido enfáticos en señalar que es evidente que tras la implementación en todo el país de este nuevo sistema, incluso se ha elevado la violencia debido a la posibilidad de que los criminales estén libres mientras enfrentan un proceso judicial.
Por su parte, la Procuraduría General de la República (PGR), rechaza estas afirmaciones en un estudio denominado “Hacia un Nuevo modelo de Procuración de Justicia”, en donde señala que “la prisión como una idea de justicia es propia del sistema penal anterior, que procuraba el castigo, pero que es incompatible con el sistema penal actual”.
Sin embargo, la PGR tampoco ha obtenido buenos resultados en sus investigaciones, ya que algunas cifras revelan que 7 de cada 10 investigaciones quedan sin resolución y según sus propias cifras, a partir del 2014 se han elaborado 63 mil 59 carpetas de investigación en los Ministerios Públicos Federales, de los cuales en solo 21 mil 728 casos se ha tomado alguna determinación.
La realidad es que el Sistema Penal Acusatorio, a pesar de todos los millones invertidos en salas orales y demás espacios de operación, está bajo presión y no hay manera de que logre convencer a los expertos, gobernadores y ciertos sectores de la sociedad de que funciona.
Más allá de los resultados, lo paradójico de esto es que no ha mejorado la percepción de que la justicia en México esté en proceso de lograr un avance positivo y por el contrario, ha reforzado la idea de que las víctimas siempre son las más afectadas.
En pocas palabras, el Nuevo Sistema Penal Acusatorio ha destapado una caja de pandora en donde confirmamos el hecho de la falta de preparación y profesionalismo de la mayoría de las personas que operan este sistema, así como de los vicios y corrupción que conlleva la justicia en México.
Y tal vez tenga razón la presidenta de la Comisión de Justicia del Senado de la República, Pilar Ortega, quien aseguró que  todo esto “no es una falla directa del sistema sino de quien lo opera”, pero ¿cómo se resuelve esto?

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