El coronavirus, los líderes de opinión y su falta de ética profesional


En la era digital, la información corre a velocidades incontrolables. Un hecho irrelevante se convierte en tendencia rápidamente en redes sociales y casos realmente importantes para la sociedad, quedan atascados en los debates inútiles y baratos que se van generando en el acontecer diario.
Una persona puede tener una interpretación totalmente alejada de la realidad gracias a esta manera de visualizar y juzgar lo que va ocurriendo. Lo peor de todo, es que son los “líderes de opinión”, las “voces acreditadas” del periodismo mexicano, esas figuras que pregonan con sus palabras y sus letras juicios de valor que impactan en sus lectores, los que cometen errores garrafales desde el punto de vista de la ética periodística.

Ahora con la crisis del coronavirus, esa elite del periodismo sagrado de México ya cometió varias pifias, tan graves como que a un principiante le hubiera costado la chamba e incluso la carrera en el medio periodístico.
Desde aquel periodista que aseguró que el empresario José Kuri Harfush había muerto de coronavirus sin que fuera cierto –le fallaron sus fuentes y no corroboró la información-, a aquella conductora de noticieros de Televisa a la que le pasan información privilegiada de hospitales privados donde tienen reportes de muchos enfermos de COVID-19 y que a ninguna autoridad le informan sobre esto, salvo a la comunicadora.
O #LadyBabosa, que pareciera que en un arrebato de claridad, se le ocurre escribir en Twitter lo que ya todos sabemos acerca de las recomendaciones básicas para prevenir los contagios del coronavirus, pero lo hace en un  tono burlón, algo que no cayó bien en las redes sociales.
Lo peor de todo, es que luego se hace la víctima de ser acosada y atacada en una campaña en su contra. ¿Y la información relevante dónde está? ¿Qué de todo eso que dijo es trascendental para la sociedad? Se supone que tiene acceso a datos y tiene todo un equipó atrás que la respalda en las investigaciones y ni eso le basta para poder aportar algo inteligente en este momento donde todo es incertidumbre.
La estrategia del gobierno federal para enfrentar al coronavirus ha sido clara, pero no convence del todo. Que el mundo camina a un ritmo y en dirección contraria a las decisiones que ha tomado la Secretaría de Salud, también es evidente; pero encender las redes sociales con información de este tipo es poco ético y sobre todo, irresponsable.
Pareciera que los medios de comunicación, los “líderes de opinión” y el mundo periodístico en general, ha caído en la trampa de querer publicar algo muy rápido, antes que otros lo hagan. Y el costo es muy alto, pero en México estas cosas siempre se perdonan e incluso se olvidan, basta con acordarnos de la niña Frida Sofía en el temblor del 2017.
Sería bueno que nos replanteáramos cuál es el papel de los medios de comunicación –desde la parte teórica e incluso romántica-, valorar lo que estamos haciendo todos los que participamos de alguna manera en ámbito periodístico y otorgarle a la sociedad un trabajo realmente valioso, que vaya más allá de noticias intrascendente o sustentadas siempre en una postura ideológica que se ajusta a las conveniencias -o no- del gobierno en turno.
Pero esto es una ilusión. Los medios de comunicación y los “líderes de opinión” en México –y en todo el mundo- siempre están haciendo un juego de poder y aprovechando las estructuras que los mantengan visibles más allá de su desempeño ético.
Afortunadamente, la era digital ha abierto espacios realmente valiosos para el trabajo periodístico de fondo, que están ahí para la gente que le interese. Para los que no y están en todo su derecho, ahí está la televisión y las tendencias en redes sociales para divertirse y enterarse de chismes…

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