México y su hospitalidad histórica, abre sus puerta a refugiados afganos
La situación en Afganistán es preocupante desde la perspectiva humana luego de la toma del poder por parte de los insurgentes talibanes, lo que desde la perspectiva occidental representa un retroceso para ese país en el tema de derechos y libertades civiles, algo que preocupa a toda la comunidad internacional.
El anuncio del retiro de las tropas estadounidenses de territorio afgano, fue el impulso final que necesitaba este grupo extremista para llegar hasta la capital Kabul y con esto, convertirse en el nuevo gobierno de ese país con un costo humano terrible.
De acuerdo a la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), desde principios de año el conflicto y la inseguridad han causado el desplazamiento interno de más de 550.000 personas afganas, pero este organismo también advierte que “Afganistán va camino de registrar el mayor número de víctimas civiles documentado en un solo año desde que existen registros”.
Además, unas 400.000 personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares, “uniéndose a otros 2,9 millones de afganos que siguen desplazados en el interior de país”, de acuerdo a cifras de ACNUR.
Éxodo masivo
Mientras que las preocupaciones aumentan debido a que este organismo advierte sobre “el impacto del conflicto en las mujeres y las niñas”, ya que casi “80% de los cerca de 250.000 afganos que se han visto obligados a huir desde finales de mayo, son mujeres y niños”.
El éxodo de personas ha sido masivo y el intento por dejar su país ha quedado documentado en escenas increíbles, en donde cientos (o tal vez miles) de afganos intentan abordar los aviones del ejército estadounidense para dejar su país, ante la posibilidad de ser ejecutados por los talibanes, un riesgo inminente para aquellos que colaboraron con la coalición internacional.
Otras personas han huido a países vecinos como Irán y Pakistán. De acuerdo a ACNUR, la República Islámica ha acogido a casi un millón de afganos refugiados, pero ante la llegada de más migrantes el gobierno iraní ha decidido cerrar sus fronteras con Afganistán de manera sorpresiva.
Postura abierta de México
Con este escenario complicado en materia migratoria, el gobierno de México anunció que abrirá sus puertas a refugiados afganos que así lo soliciten, manteniendo su política de acoger a personas de otros países que hayan huido de sus lugares de origen como consecuencia de conflictos armados que pongan en riesgo sus vidas.
En esta ocasión, el canciller Marcelo Ebrard informó vía Twitter que “con la activa participación de Guillermo Puente Ordorica, Embajador de México en Irán, hemos iniciado el procesamiento de las primeras solicitudes de refugio de ciudadan@s afgan@s, especialmente de mujeres y niñas que lo han así solicitado”.
Con esto el gobierno de México toma una posición activa en este conflicto, que más allá de ser un tema local, se ha convertido en una amenaza que puede modificar la conformación geopolítca de la región asiática y del Medio Oriente.
Un ejemplo para otros países
Para Giovanni Lepri, el director de ACNUR México, este paso que ha dado el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, es muy “ positivo y un ejemplo” de como este país “está dispuesto a ayudar a personas que tienen necesidad de protección internacional”.
Sin embargo, el proceso para que México reciba a los refugiados afganos de manera oficial no es fácil.
Por una parte, las solicitudes deberán tramitarse vía la embajada mexicana en Irán, pero para no confundir conceptos legales y lo que esto implica en temas de migración, Lepri hace una diferencia entre refugiados y asilados políticos.
De acuerdo al directos de ACNUR México, para que un ciudadano afgano pueda tener la categoría de refugiado, debe hacer esta solicitud en suelo mexicano pero además deben comprobar que huyeron de su país de forma obligada como consecuencia de la violencia o por causas de género que amenazaban su vida y la de sus familias.
De otra manera, “lo que el Gobierno de México puede ofrecer desde Irán a través de la vía diplomática, es asilo político”. En ese sentido, “cualquier persona puede pedir asilo y tiene derecho a hacerlo”, subraya Lepri.
País de acogida
Este anuncio del canciller Ebrard reafirma la postura histórica que ha mantenido México con respecto a ser un país de acogida, algo que a lo largo de los años se ha ido transformado en un enriquecimiento cultural para toda la sociedad mexicana.
En el siglo pasado, México acogió a los refugiados españoles que huyeron por la Guerra Civil, así como ciudadanos argentinos, chilenos, paraguayos y brasileños que en su momento, dejaron sus países amenazados por las dictaduras militares.
Mientras que en “los últimos años también se ha convertido en refugio de afectados por la guerra en Siria, la violencia en Honduras, El Salvador, Guatemala y la crisis política en Venezuela”, según una nota del diario El País.
Y agrega esta publicación: “Solo en la mitad de 2021, México recibió más de 50.000 solicitudes de migrantes en busca de asilo, de acuerdo con la Comisión Mexicana de Ayuda al Refugiado (Comar)”.
Así, la situación en Afganistán es demasiado complicada y la tragedia humana que viven millones de personas es aterradora, algo con lo que el mundo occidental debe lidiar ya que es el resultado en cierta medida, de la estrategia militar fallida implementada por los Estados Unidos que en dos décadas de guerra, deja a ese país tal vez igual o peor que cuando lo invadió militarmente en el 2001.