¿El fracaso en Río 2016 es deportivo o administrativo?

ISMAEL HERNÁNDEZ, UNA DE LAS SORPRESAS PARA MÉXICO EN RÍO 2016
Se acabaron los Juegos Olímpicos con una sensación agridulce para la afición mexicana. Si bien es cierto que al final se logró obtener cinco medallas –dos de plata y tres de broce-, la realidad es que la inestabilidad que existe a nivel federaciones, Conade y Comité Olímpico Mexicano se trasladaron a los atletas.
Misael Rodríguez, medallista de bronce en boxeo, aprovechó su triunfo para hacer patente la guerra que existe entre la Federación Mexicana de Boxeo con la Conade, donde Alfredo Castillo intentó poner “orden” y hacer que se transparentaran los recursos asignados a esta federación y como no lo hizo, se le redujo el presupuesto de 7 millones 644 mil 208 pesos en 2013 a 2 millones 268 mil 200 pesos en 2015, una reducción de más del 70%.
Pero hubo casos más graves como el de la Federación Mexicana de Tiro con Arco, que en 2013 recibió 9 millones 919 mil 628 pesos y en 2015 su presupuesto asignado fue cero pesos.

Bajo los mismos motivos de no haber justificado los dineros públicos entregados a esta federación, Castillo intentó obligarlos a hacerlo y no lo logró, pero sí consiguió por ejemplo, que la medallista olímpica Aída Román dijera que a los atletas los  “trataban como delincuentes”.
Esto son lo algunos de los ejemplos en donde la disputas por el poder, los dineros y la forma tan extraña y oscura  con que operan los directivos y federativos del deporte mexicano, han tenido un impacto directo en la formación y rendimiento de los atletas.
Otro de los temas controversiales y que hay ponerle mucha atención, es el hecho de que en 2016, año olímpico y se supone el de mayor importancia para el deporte nacional, México ya no tiene un programa con el objetivo único y específico de mejorar los resultados deportivos de los atletas de alto rendimiento, como era el que tenía el Sistema Mexicano del Deporte de Alto Rendimiento.
Ahora, según el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) 2016, se creó el  Programa de Cultura Física y Deporte, que fusiona varios programas de apoyo, impulso y desarrollo del deporte en México, incluido el alto rendimiento.
Y el panorama parece aún peor, ya que la reducción del presupuesto federal tocó de manera muy profunda a la Conade, que para este año solo recibió 2 mil 825 millones de pesos.
Pero si tomamos en cuenta que en Londres 2012, la Conade ejerció un presupuesto equivalente a 5 mil 357.1 millones de pesos, ahora para Río 2016, su presupuesto descendió 53.2%.
Entonces entramos en un terreno escabroso y terrible. La Conade sufre de recorte de presupuesto, las federaciones no tienen más recursos, ya no hay un programa específico para detectar y apoyar atletas de alto rendimiento y por consecuencia, el apoyo al deporte en general será mínimo.
Y aparte de todo, el deporte en México a nivel gobierno federal lo maneja un funcionario polémico que se ha hecho famoso por casos como la niña Paulette en el Estado de México, los pocos resultados para pacificar Michoacán y sus viajes de amor a justas deportivas oficiales.
Es cierto que en esta ocasión, algunos atletas consagrados no lograron los resultados esperados en cuanto a conseguir medallas, pero lo más graves de esto no es el reducido número de preseas que consiguió la delegación mexicana, sino que no se ve cómo puedan surgir en un periodo corto de tiempo alguien que pueda remplazar a estos atletas.
Algo que pasa con la estructura del deporte mexicano es que los talentos de Olimpiadas infantiles, juveniles y universitarias, tiene pocas oportunidades para continuar con sus carreras deportivas y consolidarse a nivel nacional e internacional.
Decía el mítico basquetbolista español Paul Gasol, que el éxito de España se basó en regresar a las bases, trabajar con los niños, inmiscuirlos en las actividades deportivas y llevarlos de la mano y con bases sólidas a niveles altamente competitivos.
Pero para llegar a esto hacen falta programas serios, de largo plazo y con una visión que trascienda colores partidistas y sexenios, algo que en México parecen cosas imposibles.
Y la educación deportiva desde las escuelas. Eso sería clave para el desarrollo de los niños y jóvenes. Bajo este escenario, Río 2016 es el reflejo de la realidad que tenemos como país, no solo a nivel deportivo, sino en muchos otros ámbitos de la vida política, social y académica.

Y todavía algunos se dan el lujo de criticar en redes sociales el aspecto físico de una gimnasta mexicana, como si todos ellos tuvieran un súper cuerpo atlético y fueran campeones del mundo…Así las cosas en México.
@danielhiga_al

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