La oposición en México vende su alma por unos cuantos votos
A pesar de que todavía faltan muchos meses para que comience oficialmente la carrera presidencial rumbo a las elecciones de 2024, todos los partidos y actores políticos ya están en plenas campañas para promocionarse como aspirantes a candidatos.
Los tiempos se han adelantado y con ello, el ambiente se ha tornado extraño. Las “corcholatas” (como les dicen a los aspirantes de Morena) ya están recorriendo las calles del país y mientras tanto, en la oposición se perfila a la senadora Xóchitl Gálvez como su candidata, un personaje que en cuestión de días se convirtió en la imagen del auto llamado Frente Amplio por México.
Este frente conformado por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), Partido Acción Nacional (PAN) y Partido de la Revolución Democrática (PRD), es el bloque opositor que busca arrebatarle la presidencia a Morena (el partido oficial) pero sus alcances reales son muy pobres.
Candidata impuesta
Sin contar con perfiles de alto impacto que tengan algún arraigo con la sociedad, el Frente Amplio por México va a la deriva entre cuidar a sus figuras más renombradas o buscar a alguien que pueda conectar con la gente de manera natural, aunque esto implique que no representen cabalmente sus ideales.
En medio de esta disyuntiva, surgió Xóchitl Gálvez y en cierta medida les resolvió el problema a los dirigentes partidistas, a la espera de que la senadora panista pueda cumplir con todos los requisitos para poder competir por la candidatura presidencial del Frente Amplio por México.
Sin estar cerca de ser la candidata oficial, Gálvez ya ha causado mucho ruido, sobre todo porque se le asocia a grupos empresariales que le prometieron su apoyo a cambio de que se lanzara por la candidatura presidencial, pero en realidad tiene muy poco arraigo a nivel nacional.
El presidente Andrés Manuel López Obrador dice que ella es la mejor representante de la “oligarquía” y que “tiene mucha fuerza con los de arriba… y muchísimo jale con los fifís o los aspirantes a fifís”.
Para muchos, Xóchitl Gálvez es una figura que se mantendrá en el foco mediático gracias al apoyo y el dinero que recibe de los grupos empresariales que decidieron apoyarla, pero en esa medida corre el riesgo de perder su esencia y de convertirse en la ejecutora de las decisiones de estos conglomerados corporativos y alejarse del modelo de “candidata ciudadana” que quiere mostrar.
Pobreza de ideas
Esto que parece ser una imposición de Xóchitl Gálvez, es una muestra de que el bloque opositor está muy lejos de tener una plataforma confiable. No han podido desarrollar una propuesta de gobierno que vaya más allá de solo criticar a AMLO y todo se basa en una respuesta reactiva de lo que dice el presidente.
Faltos de ideas, de figuras importantes y sobre todo de identidad propia, el Frente Amplio por México maneja un discurso de “renovación”, pero sin ninguna propuesta original y confiable que no se haya dicho ya en otros momentos electorales.
No ha comenzado siquiera el proceso de selección de precandidatos y ya se tienen que someter a la imagen de Xóchitl Gálvez como aquella que los representa y con tal de ganarse algunos voto, se alejan de sus principios ideológicos.
El rebelde de la oposición
Con este contexto, surge la figura del partido Movimiento Ciudadano (MC), que rompe con la hegemonía del Frente Amplio por México, rechaza la invitación de sumarse a este bloque electoral y con esta decisión, se ha convertido en el partido más inteligente y congruente de la oposición.
Esto luego de que el Frente Amplio por México le mandó una carta a Dante Delgado, el dirigente nacional de Movimiento Ciudadano, donde intentaron convencerlo de que este bloque opositor es capaz de derrotar a Morena en las elecciones presidenciales.
Sin embargo, Dante Delgado considera que este invento es como ir directo al fondo del mar y por eso la llama el “Titanic de la Alianza”.
También negó rotundamente un posible acercamiento con el PRI, dijo que con ellos “ni a la esquina” y desmintió cualquier noticia de que el partido naranja vaya con el “Titanic de la Alianza” en bloque.
Esto tiene su lógica, ya que ser parte de esa alianza sería para Movimiento Ciudadano perder toda la identidad que ha ganado a lo largo de los últimos años y que le ha dado triunfos electorales muy importantes.
Además de que tendría que someterse a los designios del PRI, PAN y PRD, tres partidos que literalmente se juegan su futuro y su registro en las elecciones de 2024.
Por eso todo indica que mantenerse alejados del “Titanic de la Alianza”, es la mejor decisión de Movimiento Ciudadano, que ha logrado posicionarse de manera plena en la escena política nacional con una identidad propia, caso contrario al Frente Amplio por México que cada vez se torna como una sombra deforme que vende su alma a cualquiera que le “garantice” unos cuantos votos electorales.