¿Las redes sociales y los cyborg podrían definir las elecciones de 2018?
AMLO y las elecciones del 2018 |
Estamos seguramente a unas horas o días (o tal vez ya sucedió en el momento en que lea esto) para que se defina al candidato presidencial de PRI con el aval del presidente Peña Nieto; lo mismo sucederá con el Frente Ciudadano y entonces comenzará la gran guerra electoral por el poder rumbo al 2018.
Pero la mayoría de las personas seguimos teniendo una idea muy plana de los métodos (es decir, compra de votos, entrega de dineros, despensas, materiales de construcción, etc.) que pueden utilizar los partidos políticos, los candidatos, los grupos de poder que los apoyan y hasta los intereses de otros países con respecto a lo que les conviene que pase con México.
Lo que sí intuimos es que el hecho de que un grupo u otro llegue al poder, representa mucho (dinero y oportunidades) para consolidar un “modelo de país” que más que beneficiar a la sociedad, tendrá una intrincada red de relaciones y compromisos en donde todo puede pasar y por ello, conseguir el triunfo es vital más allá del futuro político de un candidato o de un partido.
Y como decía, poco sabemos aún de lo que nos pueden ofrecer los candidatos, pero ya se habla de una nueva estrategia para influir de manera directa en las preferencias de los electores y con esto, poder cambiar el rumbo de los resultados.
Todo es a través de las redes sociales y los mensajes masivos, provocativos o reaccionarios que enviarán millones de cuentas –falsas algunas y otras hackeadas-, como parte de una nueva estrategia que se ha convertido en la principal herramienta para que se hayan dado resultados sorprendentes en algunas elecciones, específicamente en los Estados Unidos.
Según una investigación de la Universidad de Oxford, empresas especializadas en manejo de Big Data pueden definir el perfil de los usuarios de las redes sociales a partir de las huellas que dejan sus interacciones en la red, y luego esto ser utilizado para manipular sus sentimientos y emociones para que elija a cierto candidato y sienta rechazo por cualquier otro.
La empresa más famosa de esto se llama Cambridge Analytica, que es una especie de filial de SCL Group, quien se ha distinguido por “proporciona datos, análisis y estrategia a gobiernos y organizaciones militares en todo el mundo” y según su propia definición, “durante 25 años hemos conducido programas de modificación del comportamiento en más de 60 países”.
Pero en cambio, Cambridge Analytica entró al terreno político e hizo su gran aparición en las elecciones presidenciales de los Estados Unidos en 2016 y lo peor de todo, la empresa asegura que fue ella la artífice del triunfo de Donald Trump.
Su método es simple y su “negocio es ganar dinero haciendo campañas contaminantes, distorsionando la realidad con ayuda de cientos de trabajadores precarios, ordenadores conectados, teléfonos móviles y mucha electricidad”, dice el periódico español El Diario.
Con cuentas falsas o modificadas denominadas “cyborg”, crean y distribuyen miles de mensajes en pocos minutos con los que inundad las redes sociales y que se unen a los trolls para crear reacciones manipuladas en las personas, incluso pueden originar situaciones de pánico o miedo colectivo, que son utilizadas a favor de los candidatos para los que trabajan.
Según la periodista Dolia Estévez, ella le preguntó a Andrés Manuel López Obrador en uno de sus viajes a Estados Unidos, si “temía” sobre algún tipo de intromisión de este tipo –tal como se ha hablado de la injerencia rusa en las elecciones de Estados Unidos- y el candidato de Morena señaló: “No lo van a lograr, porque serán los mexicanos quienes decidan”.
El problema es precisamente que con estas tácticas sofisticadas, los electores son manipulados y ni siquiera se dan cuenta de ello, ya que una información falsa y manipulada puede infectar a millones de mexicanos e influir en sus decisiones y para los incrédulos de estas “ideas conspirativas”, hay evidencias de que Cambridge Analytica ya opera en México y tiene algún vínculo cercano con los “rebeldes” del PAN.