AMLO contra el cubrebocas: la política desafiando otra vez a la ciencia

 


Fue su regreso luego de enfermar de COVID-19 y Palacio Nacional fue como siempre el escenario. Andrés Manuel López Obrador, presidente de México, desafío nuevamente las recomendaciones científicas sobre el uso del cubrebocas y con un “no” rotundo, se negó a portar esta herramienta que los expertos aseguran es vital para controlar la pandemia.

“No, ahora ya además, de acuerdo a lo que plantean los médicos , ya no contagio”, fue su justificación. También señaló que respeta mucho al doctor Hugo López-Gatell, subsecretario de Salud de su gobierno, pero en definitiva no seguirá sus recomendaciones al menos en este tema.

Pero justo en ese mismo día (8/02/2021), leía el texto Lidiar con la Incertidumbre de Juan Ramón de la Fuente, embajador de México en la ONU y que se publicó en El Universal, en donde pone en perspectiva lo costoso que ha sido esta pandemia a nivel mundial y las medidas que deben prevalecer aún con las vacunas.

“No hay que cantar victoria ni mucho menos bajar la guardia, pero lo alentador es que técnicamente la pandemia se puede controlar. Si se mantienen las medidas preventivas de salud pública (distancia física, cubrebocas, evitar ir a reuniones o a espacios públicos mal ventilados y lavado de manos varias veces al día) y se va acelerando gradualmente la vacunación, 2021 puede ser el año de la recuperación, el año de la esperanza”, dice el doctor De la Fuente.

Entonces el mensaje de AMLO sobre su rechazo al cubrebocas no solamente va en contra de las recomendaciones científicas, sino que manda un mensaje confuso a la sociedad que de igual manera tiene un rechazo natural al uso de las mascarillas en lugares público y ni se diga en los espacios privados.

Qué pasará si alguien se sube al metro o al transporte público sin cubrebocas y su justificación es la misma que la del presidente: de acuerdo a lo que plantean los médicos, ya no contagio porque ya me enfermé y me recuperé, tal como lo dice AMLO. ¿Es razonable y éticamente responsable generar esta confusión sobre todo cuando eres el mandatario de un país?

López Obrador ha criticado a sus adversarios políticos y a los medios de comunicación, por usar a la pandemia como un arma para golpear al gobierno federal de manera metódica y hasta despiadada, generando con esto confusión, desinformación e incertidumbre en la sociedad.

Como bien lo señala Juan Ramón de la Fuente: “una de las fuentes de la angustia que experimentamos los seres humanos es la incertidumbre. Y esa ha sido una de las características de la pandemia por Covid-19: una gran incertidumbre. Más preguntas que respuestas. Por si fuera poco, cada respuesta genera nuevas preguntas, y muchas respuestas que circulan con desenfreno son falsas”.

Un “no” como lo dijo el presidente, tampoco es una respuesta válida ni precisa. Es más, es una posición que puede ser mal interpretada y generar desinformación en la sociedad sobre la utilidad del cubrebocas, la inmunidad de los recuperados, los medios de propagación del virus o para aquellos que creen en él de manera firme, motivarlos a actuar como lo hace su líder ya que no se puede equivocar.

Pareciera que la política y los políticos se han empeñado en desoír a la ciencia en esta pandemia. AMLO no es el primero en mantener una posición polémica luego de enfermar y recuperarse de Covid-19.

Nada más hay que recordar a Trump -otro que no utilizaba cubrebocas porque decía que era sinónimo de debilidad- que hizo de su regreso a la Casa Blanca luego de pasar unos días en el hospital, toda una hazaña heróica. Pero sobre todo, terminó diciendo que sus médicos afirmaban que tenía una especie de súper inmunidad a la Covid-19, algo así como un súper hombre que nada lo iba a destruir.

Ahí está el caso de Jair Bolsanaro, el presidente de Brasil, que también enfermó de Covid-19 cuando ni siquiera creía en la pandemia. Pero tras su recuperación y regreso a la vida pública, reafirmó su postura acerca de que esta enfermedad es solo como una “catarrito” y que la gente no debía “ser cobarde” para salir a las calles y realizar su vida cotidiana sin ninguna restricción.

Tanto los políticos como los medios de comunicación han fortalecido con sus posturas, eso que Juan Ramón de la Fuente describe muy bien como la “gran incertidumbre”, ese momento tan indescriptible en el que vivimos desde que apareció este nuevo coronavirus y que se quiera aceptar o no, modificó para siempre lo que conocíamos como “normalidad”.




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