Migración en Centroamérica: México tiene un plan ecológico para frenar las caravanas migrantes
Las Caravanas migrantes han hecho visible un fenómeno que ya existía pero pasaba desapercibido. La migración en Centroamérica hacia el norte del continente ha crecido en los últimos años, impulsada por factores endémicos de la región, como la inseguridad, pobreza, corrupción y violación de derechos humanos.
El área conocida como el Triángulo del Norte, integrado por Guatemala, Honduras y El Salvador, es la zona de donde se movilizan miles de personas en caravanas de migrantes hacia México, intentando llegar a los Estados Unidos con la promesa de mejorar sus condiciones económicas.
Muy pocos lo logran y en cambio, la gran mayoría de los centroamericanos se enfrentan a riesgos mayores en su paso por México. Desde las inclemencias climáticas hasta secuestros, explotación laboral y sexual; sobornos por parte de las autoridades y en el peor de los casos, asesinatos y desapariciones.
De acuerdo a cifras de la Secretaría de Gobernación (Segob) que retoma el Portal de Datos Mundiales sobre la Migración, “durante el periodo de enero-abril del 2021, México ha registrado 56.622 eventos de migrantes presentados ante autoridades migratorias por no acreditar su estatus migratorio regular - de este total el 94 por ciento corresponde a personas de Honduras, Guatemala y El Salvador”.
La situación es muy compleja y se agravó con la pandemia de Covid-19, pero el gobierno de Andrés Manuel López Obrador intenta resolver el problema de las caravanas migrantes con una estrategia regional que ataca la parte social y económica.
Con el Programa Sembrando Vida, las autoridades mexicanas proponen un fórmula innovadora que intenta atacar las causas de la migración.
Un programa único contra la migración en Centroamérica
Este programa consiste en impulsar el sector rural con la siembra y cuidado de millones de árboles en las zonas más pobres de México y de países de Centroamérica. De acuerdo al propio gobierno mexicano, es un trabajo de reforestación de millones de hectáreas y con esto se “busca atender dos problemáticas: la pobreza rural y la degradación ambiental”.
Para ello las autoridades mexicanas destinan una inversión anual de mil 300 millones de dólares, buscan generar 450 mil empleos y ofrecen un salario mensual para los que participen de 5 mil pesos (unos 250 dólares).
El objetivo del gobierno mexicano es alcanzar para el 2024, cuando acabe el sexenio de López Obrador, un millón de hectáreas cultivadas con árboles maderables, frutales y la autosuficiencia alimentaria para los pobladores de estas regiones.
De acuerdo a lo dicho por el propio López Obrador, “México tiene el programa de reforestación más importante del mundo… Ni los países con más recursos, con todo respeto ni Estados Unidos, ni Canadá, ni China, ni Rusia, ninguno tiene un programa como Sembrando Vida en el mundo”.
Actualmente este programa tiene presencia en 19 estados de México, destacando el sur y sureste del país, en donde los índices de pobreza y desigualdad son históricamente mayores y por donde es la puerta de entrada a territorio mexicano para los migrantes de Centroamérica, el Caribe e incluso de África.
Sembrando Vida en El Salvador y Guatemala
Como lo planteó el presidente de México desde que presentó este programa al comienzo de su gobierno en 2018, Sembrando Vida ofrece un modelo replicable que se ajusta a las necesidades de los países centroamericanos con mayor flujo migratorio, por lo que es válido su objetivo principal de generar bienestar social para frenar la salida masiva de personas.
El Salvador fue el primero en sumarse a esta iniciativa de México y de acuerdo al Ministerio de Agricultura y Ganadería de este país, “la población beneficiada habita en municipios con altos índices de pobreza, afectados y vulnerables a los efectos del cambio climático, con antecedentes de flujo migratorio”.
Actualmente son poco más de mil los productores salvadoreños inscritos en Sembrando Vida. Honduras es otro de los países de Centroamérica que también ha implementado este modelo con una inversión de 30 millones de dólares y la participación de 10 mil productores, según datos de la Agencia Mexicana de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AMEXCID).
Guatemala también se ha sumado a estos trabajos y su presidente Alejandro Giammattei, firmó el acuerdo con AMLO apenas en mayo pasado durante su visita a territorio mexicano.
De acuerdo al presidente de México, esta es“la mejor manera de enfrentar el fenómeno migratorio”, atendiendo “las causas y no solo con medidas coercitivas”, por lo que AMLO propone “ver al migrante como un ser humano que va en busca de bienestar, que va a buscarse la vida a otras partes, arriesgándolo todo por algo que mitigue su hambre y su pobreza... Y tenemos que ser muy solidarios”.
Propuesta de AMLO a Biden
Pero este programa también tiene el visto bueno de la administración Biden, ya que en la visita más resiente a México del enviado especial para el clima del gobierno de Estados Unidos, John Kerry, en la cual recorrió junto AMLO algunas zonas de Palenque, Chiapas el pasado 18 de octubre, aplaudió públicamente la valía de Sembrando Vida.
“Tenemos que reconocer que estos esfuerzos de México pueden ser una fuente de prosperidad para las comunidades, un símbolo del liderazgo”, señaló Kerry.
Así, con la posibilidad de reducir la migración en Centroamérica y frenar las caravanas migrantes, pero al mismo tiempo atender la problemática del cambio climático, AMLO le propuso a su homólogo estadounidense durante la Cumbre de Líderes Mundiales sobre Clima, extender visas de trabajo temporales a las personas que hayan participado este programa.
Aunque no hubo respuesta oficial por parte del gobierno de Biden, lo cierto es que con Sembrando Vida, el gobierno mexicano ha dado un paso adelante hacia la consolidación de un modelo productivo, que apuntale nuevamente al sector rural, aporte puntos positivos al medio ambiente y si bien el tema de la migración es muy complejo, multifactorial y difícil de detener, es probable que algunas familias y tal vez sus generaciones futuras, puedan permanecer en sus lugares de origen gracias a las raíces de estos árboles que los afianzan en su tierra.