Aristegui, MVS y el futuro del periodismo en México
Sin duda, la nota en los últimas semanas en México ha sido el caso de Carmen Aristegui y
su despido de la cadena MVS Radio. Los motivos siguen sin ser claros. Un golpe
contra la libertad de expresión, dice la periodista; una cuestión puramente
comercial, dice la empresa.
En medio de todo esto, los dos últimos mensajes públicos que
marcaron las posturas –irreconciliables, parece ser- de las dos partes, no
aportan nada nuevo. Primero, un mensaje
de Aristegui vía internet en streamig que lo vieron más de 70 mil personas.
Luego, un comunicado institucional de la empresa.
En ambos casos, las palabras de las partes sostenían los
mismos discursos y razones para justificar sus acciones. Pero llama la atención
que en el discurso de Aristegui, sus palabras no fueran más allá de simples
suposiciones.
Es decir, conociendo la capacidad de la conductora y con un
equipo de investigación periodística con ella, uno esperaba que las acusaciones
de la injerencia del poder presidencial o del gobierno federal, tuvieran ya un
fundamento más sólido con pruebas o algo que reforzara su teoría
“conspiracionista” han dicho algunos medios.
Por otro lado, más allá de los posibles abusos en sus
derechos laborales que pueden existir en los despidos, la periodista insistió
en el hecho de regresar a su programa de una forma inusual, apelando a no
permitir “manotazos autoritarios” “ni
prácticas echeverristas”, pero mostrando una sumisión literal en sus palabras.
“Hacemos un llamado al diálogo y señalamos que nosotros
pedimos a MVS que reconsidere la andanada y que no permita que se consuma el
golpe”, sostuvo. “Si dicen sí, nosotros estamos listos para regresar”.
¿Pero para qué regresar a una empresa que ha vulnerado la
dignidad de los reporteros, que ha violado los acuerdos laborales y que sus
dirigentes –a pesar de que son unos caballeros, como lo dice la propia
Aristegui- se someten a mandatos y presiones gubernamentales?
La versión de MVS apunta hacia otro horizonte. Plantea un
panorama en donde la periodista ha sido intolerante y hasta autoritaria en sus
decisiones. “El diálogo Carmen, no se compone anteponiendo condiciones… La
periodista dio un ultimátum para imponer su voluntad y MVS Radio es responsable
de no aceptar ni desafíos ni condiciones”, dijo la empresa.
Haciendo una lectura e interpretación –muy personal, lo
subrayo- de lo que pasó con estas dos declaraciones, me quedo con la sensación
de que MVS pierde mucho –dinero, prestigio, audiencia, credibilidad,
patrocinadores, etc.- con el despido de Aristegui; pero la periodista por su
parte y de acuerdo a sus propias palabras, necesita a MVS más de lo que
suponíamos.
Que esto es un golpe terrible al periodismo crítico y de
investigación, sin duda lo es. Que afecta la libertad de expresión, lo hace de
forma terrible. Que es un acto que vulnera los derechos laborales de Aristegui
y su equipo, es evidente. Que el programa de Aristegui era esencial en el
equilibrio informativo, es 100% cierto. Que tristemente perdemos todos con
esto, nadie lo puede negar.
Sinceramente yo esperaba que esta situación abriera una
posibilidad de que Aristegui y su equipo se convirtieran en el parteaguas entre
el periodismo tradicional y dar ese salto hacia el periodismo digital, que en
México simplemente no existe.
Si se quiere impulsar la libertad de expresión, el derecho a
la información y realizar periodismo de investigación, por qué no pensar en un
proyecto independiente que nazca bajo los parámetros editoriales que el propio equipo
se proponga.
Aristegui sabe perfectamente que ella es en sí misma una
marca que vende muy bien. Que puede
hacer alianzas comerciales con medios extranjeros para impulsar algún proyecto
propio, que su reputación está más que probada y lo más importante, la sociedad
le cree.
Si se tratara simplemente de ejercer el periodismo, espacios
y opciones no le faltan, pero tampoco las acepta, ¿a qué se deberá esta
actitud?
Una manera de revertir este golpe terrible al derecho a la
información que tenemos como sociedad, podría ser que todas esas personas que
han firmado peticiones, que marchan y se manifiestan en apoyo de Aristegui y
que han expresado su repudio ante esta decisión, dieran un paso adelante y con
la ayuda de todos, crear un proyecto de crowdfunding para aportar recursos e
impulsar un nuevo modelo de periodismo para que ella y su equipo, sigan
realizando su labor.
Desgraciadamente en México, estos proyectos son como un sueño guajiro.
Todos podemos criticar pero nuestras acciones nos llevan siempre al mismo sitio
donde se generan los problemas, en este caso, creer que una vez regresando
Aristegui a MVS –que ya no se va dar-, la libertad de expresión y el derecho a
la información en México están garantizados, sin embargo, esto es una ilusión.
Hay muchos caminos y opciones, solamente hay que ver mucho más
allá de la radio y la televisión….