Y después de la Tuta ¿qué sigue..?

Servando Gómez Martínez ha sido capturado. Luego de largos meses de búsqueda, de persecuciones, de rumores de que en varias ocasiones las fuerzas federales lo tenían y lo dejaron ir y de que en una de esas veces pagó un millón de dólares para comprar su libertad, el viernes 27 de febrero de 2015 las autoridades anunciaron su captura en una colonia popular de Morelia Michoacán.

Sin un solo disparo y producto de los trabajo de inteligencia –según lo reportó el gobierno federal-, “La Tuta” fue detenido en una casa de la calle de Fidencio Juárez, número 49, colonia Tenencia Morelos, en la capital michoacana.

Curiosamente era el criminal más buscado luego de que justo hace un año detuvieron al “Chapo” Guzmán.  Dos de los golpes mediáticos más importantes del gobierno de Peña Nieto en cuanto a la lucha contra el crimen organizado.

Pero el caso de “La Tuta”, así como de todos los líderes de los Caballeros Templarios y La Familia Michoacana -que en su gran mayoría han sido capturados o abatidos-, es significativo porque es el punto de quiebre en donde –siguiendo la escuela de Los Zetas- los narcotraficantes se volvieron en contra de la sociedad con sus acciones criminales.

La Tuta y su caída estrepitosa junto con Los Caballero Templarios


El gran negocio de “La Tuta” y de sus socios era la droga sintética. Pero también la minería, la producción y venta de limón y de aguacate; la ganadería, la agricultura y todos los sectores productivos que les significarán un ingreso seguro con cobros de piso, extorsiones y secuestros.

Por eso se supone que hace un año, cuando detuvieron al “Chapo” y le preguntaron durante el vuelo hacia la Ciudad de México qué opinaba de “La Tuta” y de Los Caballeros Templarios, el capo sinaloense dijo: “ellos son unos rateros mugrosos”.

Los Caballeros Templarios, luego del debilitamiento de La Familia Michoacana logró controlar el negocio de las minas en Michoacán y de las exportaciones de hierro que salían del puerto de Lázaro Cárdenas y que según datos del informe del INEGI “La Minería en México 2013”, la producción de estas minas representó el 30% del total nacional.

Con amenazas y extorsiones Los Caballeros Templarios se coludieron con mineras y les cobraban derecho de piso y extorsiones para que pudieran operar. También tenían una red de minas ilegales cuya producción exportaban a china y les producía –según la PGR- más de 80 millones de dólares anuales, dinero que recibían en efectivo o con cargamentos de precursores para drogas sintéticas.

Todas estas actividades en donde estaban metidos Los Caballeros Templarios les producían unos 3 mil millones de pesos anuales. Un negocio redondo ya que controlaban todos los procesos de producción, distribución y comercialización.

Pero esta cifra puede quedarse corta, ya que tan solo con el aguacate, el periódico El Economista calculó en un reportaje publicado el 29 de octubre de 2013, que las extorsiones en este ramo productivo le dejaba a este grupo criminal unos 2 mil millones de pesos al año, ya que exigían cuotas de entre $1 y $3 pesos por cada kilo que se cosechaba y $2000 por cada hectárea productiva.

Estos datos no son nuevos, pero revelan el hecho de por qué hace más de un año, Michoacán vivió uno de los momentos de más tensión cuando las denominadas autodefensas iniciaron un proceso de lucha en contra de Los Caballeros Templarios y el crimen organizado que los tenía asfixiados.

Luego vino todo el proceso de legalización de estos grupos, la tan polémica labor del “virrey Castillo como comisionado para Michoacán y “la persecución y debilitamiento de las estructuras financieras y operativas de Los Caballeros Templarios”, como han anunciado las autoridades.

Pero los últimos meses no han sido nada fáciles para los pobladores de algunas regiones de Michoacán. Platicando con gente del puerto de Lázaro Cárdenas y con otras de la Tierra caliente, las extorsiones y los secuestros siguen, pero además, hay un repunte muy importante en actos delictivos como robo a casas habitación, negocios y a transeúntes.

Antes eran tiroteos, asesinatos y levantones, hoy son asaltos -en plena luz del día- a familias  mientras caminan por las calles, en el transporte público y en los pequeños comercios. Es decir, estos actos son los que tienen en una situación de amenaza constante a los pobladores de estas regiones de Michoacán, que ven como la seguridad pública se debilita y no hay nadie que luche contra estos delitos del fuero común.

Y la gente termina diciendo: “antes sabíamos quiénes eran y a que grupo pertenecían, ahora no sabemos quiénes son ni de dónde salen estos rateros”. Es decir, la percepción de seguridad sigue en picada y cada vez se siente más vulnerables y desamparados.

Ya debilitaron hasta casi “su eliminación” a La Familia Michoacan. Ahora Los Templarios agonizan y la inseguridad sigue creciendo en Michoacán.

Ya detuvieron a “La Tuta” –el gran objetivo del gobierno federal- pero ahora hay que esperar como se reorganizan las células que quedan y sobre todo a qué se van a dedicar, ya que está comprobado que mientras más débiles y pequeños son este grupos, más peligrosos se convierten para la sociedad, ya que son ellos los que atentan directamente contra la población civil para obtener dinero rápido gracias a extorsiones, secuestros y robos…


La gran pregunta es: ¿Qué es lo que sigue para Michoacán…?



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