De Ayotzinapa a Tierra Blanca
JÓVENES DESAPARECIDOS EN TIERRA BLANCA, VERACRUZ |
Justos estos dos municipios quedan en los extremos del país.
Uno está en Guerrero el otro en Veracruz. Uno se acerca al Océano Pacífico y el
otro al Golfo de México. Pero en ambos sitios, los jóvenes son el blanco
perfecto para los grupos criminales que operan en esas regiones.
El pasado 11 de enero desaparecieron cinco jóvenes luego de
un viaje al puerto de Veracruz, pero al pasar por Tierra Blanca, un grupo de
policías municipales los detuvo, los secuestro y –según relatan en las
declaraciones oficiales- los entregaron a un grupo del crimen organizado que
los desapareció.
Han pasado más de 55 días de estos hechos y con esto, surge
nuevamente el tema de los derechos humanos y los impresionantes niveles de
corrupción con que operan las policías y los gobiernos locales, pero sobre
todo, de la impunidad que hay en México.
El tema de los 43 estudiantes desaparecidos en Iguala puso
en la agenda nacional e internacional la crisis de seguridad y violación a los
derechos humanos que existe en México. Fue un hecho que literalmente conmocionó
al mundo, a tal grado, que fue el motivo por el cual cayó ni más ni menos que
Jesús Murillo Karam de la PGR.
Ahora, el problema real es que según los documentos
oficiales de la PGR y los grupos que participan en las investigaciones de
Ayotzinapan, aseguran que han prácticamente desmantelado las células que
organizaron y aplicaron el operativo contra los estudiantes y a pesar de esto,
aún no los encuentran y peor aún, las versiones de grupos internacionales que
han participado en las pesquisas no concuerdan con lo dicho por el gobierno
federal.
En Tierra Blanca, Roberto Campa Cifrián, subsecretario de
Derechos Humanos de la Segob, ha declarado que el caso de los cinco jóvenes
desaparecidos tiene prácticamente el mismo modus operandi que el caso de
Iguala, en donde los grupos criminales operan a través de las organizaciones de
seguridad locales.
Y aquí radica el problema de fondo, dado que parece que las
células criminales se han apoderado de los gobiernos locales. No importa si el
que gobierna es el PRI, el PRD o el PAN; o si están en Guerrero o Veracruz; no
influye en nada el origen político e ideológico de los gobernantes ni de su
gabinete. Lo cierto es que nadie está blindado ante el poder del narco y sus
sicarios.
“De valientes e inocentes está lleno el panteón” dice una
frase popular y tristemente, ahora mejor que nunca se puede aplicar a la
situación que vive actualmente México. Según Amnistía Internacional, hay más de
27 mil desaparecidos en el país, una cifra que aumenta y aumenta todos los días
sin darnos cuenta.
“En Latinoamérica hay dos países que nos preocupan y que
resaltamos, uno es México y el otro es Venezuela. También, a nivel mundial
México es uno de ellos. Estaría en la lista de los 20 donde más atención se
necesita”, dijo recientemente el director de Amnistía Internacional (AI)
México, Perseo Quiroz Rendón.
En su informe anual de 2015, AI señaló que “en algunas
partes de la república, las fronteras entre lo que son las fuerzas y el crimen
organizado son muy borrosas. Una política como esta, de mano dura, lo que te
genera son consecuencias de altos índices de tortura”.
Y que mejor muestra de esto que Tierra Blanca. La
desaparición de estos cinco jóvenes es la muestra de que en Veracruz en
general, las cosas no funcionan con legalidad y el operativo realizado en
Guerrero para desmantelar a los “culpables” del caso Ayotzinapa, no causó el
menor temor ni la mínima preocupación a los grupos criminales de Veracruz.
Ellos siguen operando bajo el resguardo y el respaldo de las
instituciones locales de seguridad, ellos ponen a los mandos, los enfocan en
los objetivos que beneficien a sus intereses y dejan expuestas y prácticamente
en la intemperie a la sociedad, que sufre los abusos de unos policías
criminales o lo que es lo mismo, unos criminales disfrazados de policías.
¿Y la seguridad y el estado de derecho? Está se puede medir
de manera clara con los hallazgos realizados en el racho El Limón, también en
Veracruz, en donde se han encontrado evidencias irrefutables de que ahí
asesinaros y desaparecieron a un sin número de personas.
Es decir, a mayor número de este tipo de hallazgos, menor la
credibilidad y confianza en la justicia mexicana y el estado de derecho. Es una
relación directamente proporcional: suben los muertos y baja la seguridad de la
sociedad.