Recomendaciones y ejemplos para dar feedback constructivo a los líderes


Independientemente de si son admirados o no, los líderes tienen un rol clave en la manera en la que nos sentimos en el trabajo. Tal es su impacto que, según un estudio de Gallup, hasta un 70% de nuestra motivación laboral depende de la relación con los líderes inmediatos.

El liderazgo se basa en gran medida en una cuestión de percepción. Si los líderes desconocen qué piensa su equipo de ellos, es altamente probable que el desempeño se vea afectado a consecuencia de esa desconexión. El desafío reside, no obstante, en que existe una relación inversa entre jerarquía y honestidad en el feedback.

La relación con los jefes

En pocas palabras, cuanto más alto esté nuestro jefe en la organización, mayor probabilidad existe de que endulcemos las devoluciones que le damos. Además, incluso cuando la relación con el jefe sea buena, nunca es una buena idea lanzar indiscriminadamente un comentario crítico.

La retroalimentación (o feedback en inglés), supone ofrecer o recibir una opinión acerca del desempeño o la productividad, ya sea nuestra o de otros, según el rol en que nos ubiquemos, explica Indeed. Por lo general, son los gerentes o líderes de equipo quienes se encargan de dar feedback a sus colaboradores.

De hecho, éste es parte frecuente en muchos ámbitos laborales. Pero, la retroalimentación también puede navegar en sentido inverso, y que sean los empleados quienes la ofrecen a sus jefes.

Es por eso que, Valeria Melendez, Customer Success Consultant en VISMA Latam, empresa especializada en soluciones para recursos humanos expone: “Se trate de una u otra instancia, el feedback puede ser positivo o negativo. Mientras que el feedback positivo supone un elogio por un trabajo bien hecho, el negativo, implica una crítica (aunque sea constructiva) por la ejecución o el resultado obtenido en una acción o proyecto.

En este último caso, el foco está puesto en aquello que puede mejorarse, más que en apreciar los aciertos. En cualquier caso, todos estaremos tarde o temprano, en posición de dar o recibir feedback, ya sea éste positivo o negativo”.

Beneficios de la retroalimentación

La habilidad de ofrecer feedback es fundamental para el desarrollo en el entorno de trabajo, tanto a nivel individual como para los equipos y las organizaciones. Según diversos estudios, la retroalimentación es muy favorable para:

● Mejorar el bienestar en el trabajo

● Incrementar el desempeño

● Profundizar las relaciones interpersonales 

“Cuando las personas periódicamente reciben feedback honesto, cuidadoso y constructivo se vuelven más competentes. En consecuencia, se toman mejores decisiones, crecen la colaboración y la productividad, y hasta aumenta la satisfacción laboral”, agrega Valeria Meléndez. 

Pero, aunque es de enorme valor, ofrecer feedback, especialmente cuando es negativo y tenemos que dárselo a un jefe, no es tarea sencilla. ¿Cómo se puede proceder? 

Según Forbes, no perder de vista dos puntos es esencial. Por un lado, para evitar que se ponga a la defensiva, busca mostrar que esperas colaborar para lograr cambios positivos.

Por otro lado, no hay que olvidar que sólo se estará aportando una mirada parcial del asunto y condicionada por el lugar que ocupamos dentro de la organización.

De este modo, como habrá cierta información que se desconozca, siempre es preferible ofrecer una perspectiva desde lo que se sabe, y no hacer suposiciones.

Recomendaciones para un dar feedback a un líder

En este sentido, Meléndez nos brinda las siguientes recomendaciones a la hora de dar feedback a un líder:

1. Preparación y enfoque: Al preparar tus observaciones, reflexiona sobre qué acciones, errores, decisiones o juicios quisieras conversar. A partir de ello, define el enfoque que seguirás y sé coherente con ello. Además, procura tener un plan organizado para tu retroalimentación. Debes ser capaz de explicar el problema y el impacto que tiene sobre ti y el equipo. Esto permitirá que tu jefe comprenda de manera clara los aspectos que necesita revisar en su proceder, sin que se sienta abrumado o afectado por ello.

2. Comunicación asertiva: Es fundamental mantener el autocontrol y regular las emociones durante esta conversación. Agradece la oportunidad de ser escuchado y manifiesta tu intención al ofrecer esta retroalimentación. Define, de manera constructiva, los puntos sobre los que te gustaría ver un cambio y explica las razones detrás de este deseo mencionando los impactos negativos que has observado como resultado de esas situaciones. A lo largo de la conversación, procura centrarte en las acciones, en lugar de hacer referencia directa a la persona.

3. Enfocarse en soluciones: Un feedback constructivo va más allá de identificar problemas, también implica contribuir en su resolución. En este sentido, colabora con tu superior en la tarea de encontrar formas para evitar repetir el mismo error, aportando nuevas posibles conductas o enfoques más efectivos para abordar el tema en cuestión.

Construir en lugar de destruir

Valeria Meléndez finaliza: “Aunque no siempre los líderes estén abiertos a recibir feedback negativo por parte de un colaborador, independientemente de cuán cuidadoso y reflexivo este sea; si ha sido el superior quien ha solicitado la retroalimentación, frente a su posible enojo, recuérdale que estás cumpliendo con su petición y procura reformular el comentario de una manera más constructiva.

Sin embargo, si decides brindar un feedback negativo que no te ha sido pedido, reflexiona sobre las reacciones pasadas de tu líder y adapta tus comentarios a la forma en que él o ella prefiere recibirlos, o considera omitir aspectos que podrían generar una reacción negativa.

Recordemos que crear un entorno positivo está en nuestras propias manos, en nuestra capacidad para modificar nuestras acciones y generar un impacto inspirador en quienes nos rodean”. 

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