La nueva fe de los mexicanos
Es bien sabido que los mexicanos somos un
pueblo fervoroso por las cuestiones de la fe. Nos ponemos en las manos de todo
los santos para que nos ayuden a resolver problemas y superar situaciones
difíciles. Pedimos que nos protejan con su “infinito poder celestial” para no
sufrir ningún daño físico ni emocional en los avatares de nuestro destino.
Vagabundeando por las riquezas de las redes sociales, me encontré un documento que es un claro reflejo de lo que acabamos
de comentar y de cómo hemos cambiado nuestras motivaciones religiosas debido al
entorno de violencia que vivimos a diario en todo el país.
El texto se llama “La nueva oración de los
mexicanos” y dice así: “Santa Pascuala, ¡que no me alcance una bala! Santa
Antonieta, ¡que no me quiten mi camioneta! San Macario, ¡que no me persiga un
sicario! San Andrés, ¡líbrame de un secuestro exprés! San Abulón, ¡líbrame de
un levantón! San Timoteo, ¡que no me toque un tiroteo! San Federico, ¡que no me
rompan el hocico! Santa Librada, ¡que no me caiga una granada y me lleve la
chingada! ¡Amén!.
Evidentemente esta es –otra más- una clara
muestra del humor ácido y vanaglorioso que caracteriza al pueblo mexicano. Nos
reímos de las desgracias personales y sufrimos en carne propia las desventuras
de la protagonista “buena” de las telenovelas. Pero más allá de lo cómico que
me resultó la oración, es una evidencia de que en México las cosas están muy
calientes.
En muchas regiones del norte del país –sin
excluir algunas del sur como Guerrero o Veracruz-, sufrir un levantón, morir en
medio de un tiroteo o ir caminando por la calle y escuchar a algunos metros de
distancia el estallido de una granada, es algo casi cotidiano. Las
probabilidades de que sucedan estos hechos que parecen de película, son muy
altas debido al grado de violencia que se vive en el día a día.
Es decir, cuando la realidad es tan grave como
lo que nos está sucediendo como sociedad y ante la ineficacia de las
autoridades para detener la ola de violencia; el único recurso que nos queda y
como un acto de desesperación, es pedirle el “milagrito” a Santa
Pascuala para que nos proteja de las balas que a diario suenan por las calles
de todo el país.
Todavía no se ve cómo pueda cambiar este
escenario. Las consecuencias de la famosa “guerra contra el crimen organizado”
iniciada el sexenio pasado siguen siendo las mismas y los niveles de violencia
y asesinatos no disminuyen.
La nueva estrategia del gobierno federal
actual no ha tenido resultados inmediatos y según se ve, hay que esperar un
largo rato todavía. Pero algo que sí ha cambiado es la forma en que los mediosde comunicación han modificado el
enfoque de la violencia y de ser los asesinatos y tiroteos noticias de primeras
planas, ahora son notas perdidas donde nadie prácticamente les hace caso.
Pero esto no quiere decir que las cosa hayan
mejorado, sino al contrario, el problema está igual de gordo que como lo dejó
el gobierno panista.
La única diferencia es que el nuevo gobierno ya aceptó que
son al menos 26 mil los desaparecidos productos de esta “guerra”, cosa que la
administración anterior negó rotundamente y a lo más, los llegó a considerar
como los “daños colaterales” que según ellos, era el precio que se tenía que
pagar por lograr la “¿seguridad?” de los mexicanos.
Ahora hay que esperar que las autoridades
federales tengan una estrategia clara para localizar a estos desaparecidos y
evitar que el número siga creciendo. Por eso es tan importante y dadas las
circunstancias, la intercesión de San Abulón para que nos libre de un posible
levantón.
Las cosas no están nada fáciles ni cómodas en
México en materia de seguridad. Vivimos en medio de la angustia de sufrir un
atentado, los que tenemos familiares en otros estados de la República sentimos
temor por recibir una llamada de ayuda; los hogares que han sufrido alguna
pérdida o desaparición de uno de sus miembros producto de la violencia están
más solas que nunca en medio de la indiferencia de las autoridades locales.
Pero a pesar de todo esto, el humor del mexicano no ha cambiado y todavía
da para crear una nueva oración que refuerza la fe hacia los milagros… esos que
Chava Flores resumió en su canción “A qué le tiras cuando sueñas mexicano”.