Ley Mordaza en Sinaloa, un nuevo ataque a la libertad de expresión

Una nueva ley aprobada en el estado de Sinaloa marca un rumbo distinto acerca de cómo los medios tendrán que conseguir información sobre los delitos que ocurren en esa entidad. A esto se la ha llamado la “ley mordaza” y es una medida extrema por parte del gobierno estatal para controlar las noticias de este tipo en los medios locales de comunicación. 

Solo información de boletines oficiales



Las modificaciones a la Ley Orgánica de la Procuraduría General de Justicia y a la Ley de Seguridad Pública señalan en su artículo 51 Bis que "en ningún caso se podrá autorizar a los medios de comunicación el ingreso a los lugares de los hechos, la toma de audio, vídeo o fotografía a las personas involucradas en un evento delictivo, ni al manejo de información relacionada con la seguridad pública o la procuración de justicia".
Además, "los medios de comunicación tendrán acceso a la información de las investigaciones a través de los boletines de prensa que emita la unidad de acceso a la información pública". Es decir, se oficializan las notas.
Esto ha sido considerado como un retroceso en el acceso a la información y a la libertad de expresión por medio de organizaciones de periodistas locales e internacionales como Reporteros Sin Fronteras, que ya expresaron su rechazo a este “ley mordaza”.
Sin duda es muy grave este intento por parte del gobierno de Mario López Valdez –mejor conocido como Malova- de marcar el rumbo y las formas en que se tengan que investigar los actos delictivos en un estado que está ligado de manera inseparable a una de las más grandes organizaciones de tráfico de narcóticos de la historia del país. 


Control mediático



Limitar el acceso a la información y a la investigación periodística es enrarecer el clima social. Esto conlleva necesariamente el hecho de que las víctimas y sus familiares están a la deriva ante la amenaza que representa ahora denunciar públicamente los sucedido ante los medios, ya que las autoridades tendrán la facultad de desechar los casos si se filtra o se habla con la prensa y esto “entorpece las investigaciones”.
No solamente se limita a la prensa, también se limita a la sociedad en su derecho a tener información precisa, objetiva y equilibrada de los hechos. Una de las reglas de oro del periodismo –la de investigar y conseguir versiones de todos los involucrados- se transgrede con esta “ley mordaza”. 


Marcan la agenda periodística 



Ahora los medios de comunicación están doblemente arrinconados. Por un lado -en ciertas regiones del país-, los grupos criminales han llegado a marcar las agendas de los periódicos. Ellos dicen qué noticia entra, en que página y con que extensiones. Si no es así, las consecuencias son muy graves para los reporteros e incluso para las instalaciones de los propios medios.
Solamente hay que recordar lo ataques al periódico Buen Tono de Veracruz o las filiales del grupo Reforma en Monterrey -por nombrar solo algunos-. Estos han sido actos vandálicos que ni las propias autoridades han podido esclarecer ni detener a los verdaderos culpables.
Y ahora viene el apretón oficial con estas leyes aprobadas en Sinaloa. Si en la práctica muchos temas vinculados al crimen organizado ya se dejaban de cubrir en algunas regiones del país por seguridad de los propios comunicadores, ahora con la “ley mordaza” se elimina definitivamente la posibilidad de hacer periodismo investigativo en ese estado del país.
Según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, en Sinaloa se han reportado 567 asesinatos dolosos de enero a junio de este año. De ellos, 483 de ellos fueron con arma de fuego, cifras que evidentemente apuntan a que la seguridad pública en ese estado no es nada buena.

Pactos para guardar información


Con esta nueva “ley mordaza” –que según Malova se va a derogar pero no ha dicho cuando-, este tipo de delitos solamente se podrán publicar con información oficial vía boletines de prensa. Si la intención es crear un cerco informativo para que estos delitos no tengan difusión y establecer así una idea ficticia de paz y seguridad en la entidad, esto no va funcionar. 


Nada más hay que recordar que con la llegada de Peña Nieto al poder, los asesinatos, secuestros y delitos relacionados al crimen organizado perdieron mucha presencia en los medios de comunicación, la gente dejó de escuchar y leer noticias sangrientas en periódicos y noticieros pero igual en las calles donde vivían seguían matando, secuestrando y extorsionando gente.
La violencia siguió y fue imposible esconderla o maquillarla. Veracruz, Michoacán y Tamaulipas han vuelto a la escena nacional por la violencia desmedida que sufren. Es decir, la verdad tarde o temprano sale a la luz, por más que los boletines de prensa y las autoridades traten de maquillarla y esconderla…. 

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