El juego de pelota prehispánico y su relación con la muerte
El juego de pelota es una de las tradiciones prehispánicas
más representativas e enigmáticas que se conservan en México. Existen registros
y evidencia de la importancia de su práctica en casi todas las zonas
arqueológicas y se le vincula directamente con la celebración de ritos
religiosos y militares.
Esto también se ha convertido en parte de los relatos de los
guías de turistas en zonas arqueológicas como Chichén Itzá, en donde se narran historias
que intrigan y fascinan a los oyentes.
Pero aunado a esto, está la relación directa que se le
asigna al juego de pelota con la muerte, como lo demuestra el tzompantli, un
muro funerario formado por cráneos donde se colocaban tanto a las víctimas de
sacrificios humanos como a los supuestos “perdedores” en el tlachtli, la cancha
en forma de “i” en la que dos equipos golpeaban una bola con caderas o glúteos
sin permitir que tocara el suelo.
El juego de pelota prehispánico y su relación con la muerte en los tlachtli o campos de juego |
Ante este escenario lleno de mitos y leyendas, a partir de
2007 Emilie Carreón, del Instituto de Investigaciones Estéticas (IIE) de la
UNAM, analizó códices, grabados, pinturas, dibujos, biombos novohispanos y otras imágenes para profundizar en los
nexos entre ambas prácticas prehispánicas; es decir, el juego de pelota y la
muerte.
En el trabajo Le
tzompantli et le jeu de balle. Relation entre deux espaces rituels (el
tzompantli y el juego de pelota, relación entre dos espacios rituales) propone
que los valores occidentales dificultan la comprensión del vínculo entre ese
muro y la cancha, ya que las interpretaciones ajenas parten del supuesto de que
el perdedor era decapitado.
El resultado de este trabajo terminó en una publicación que
fue traducida al francés para obtener el doctorado por la Escuela de Altos
Estudios, Francia. La tesis, publicada por el British Archeological Report,
recibió el Premio Alfonso Caso del Instituto Nacional de Antropología e
Historia (INAH), en la categoría de Investigación.
El misterio revelado
Este trabajo que se puede considerar académico, histórico y
antropológico, intenta revelar datos y señales que den una idea más clara
acerca del juego de pelota. Empieza por lo ya conocido y se adentra en las
profundidades de las creencias religiosas y la cosmovisión de los pueblos
prehispáncos.
En la primera parte, describe las características del
tzompantli y el juego de pelota, así como las actividades y sucesos ligados a
cada uno en la época prehispánica, para demostrar la naturaleza de su vínculo.
En la segunda, explora la génesis de la idea, hasta ahora infundada, de
considerar una relación entre estos dos espacios sagrados.
La idea de llevar a cabo este trabajo surgió de forma
inesperada durante Copa América de Fútbol realizada en Venezuela en el año
2007.
En este torneo, que es considerado como el más importante a
nivel continental, Óscar Ruggeri, exfutbolista rosarino, declaró que, de no
alzarse con el título, matarían a los jugadores de Argentina
(“metafóricamente”), lo que llamó la atención de la investigadora.
“A pocos días de iniciar el Campeonato Continental y de que
la Selección Mexicana enfrentara a Brasil, me pregunté desde una óptica
personal y mesoamericana, ¿a quién se decapitaría al finalizar el partido? ¿A
alguien del equipo ganador, al capitán del perdedor, al árbitro o al director
técnico? ¿De quién sería la cabeza en el tzompantli?”, explica Emilie Carreón
Y agrega: “De atenerme a lo que la mayoría de los estudiosos
del México prehispánico dirían, si fuera una contienda entre pueblos
precolombinos en un tlachtli sería algún miembro del equipo derrotado”.
¿Ganadores o
perdedores?
Sin embargo, esta serie de dudas que motivaron su trabajo no
encontraron una respuesta clara para la investigadora, quien resaltó que no hay
evidencia arqueológica suficiente que apunte a la existencia de un nexo directo
entre estos espacios rituales.
“Existían más de mil canchas dedicadas al juego, pero no es
posible saber si el ganador o perdedor eran sacrificados”, afirma Carreón.
La investigadora plantea que esta concepción es producto de
la rememoración particular y renovada de cada época que mira el pasado prehispánico
desde su concepción de actos, ritos e imágenes.
En consecuencia los deportes tienen un peso muy importante y
como ha sucedido en otros escenarios como el Coliseo Romano, hablar del
tlachtli se vincula necesariamente a prácticas punitivas en donde alguno de los
competidores terminaba adornando el tzompantli.
“A lo largo del tiempo, el juego de pelota es considerado
una contienda con ganadores y perdedores y la ofrenda, un muro funerario
formado con cráneos de los derrotados”, detalló.
Así, el juego de pelota que para muchos representa la lucha
entre el honor y la gloria de ser sacrificados o la vergüenza de tener que
morir por ser unos perdedores, sobrevivió a lo largo de la conquista y la
visión trágica y tradicionalista de los españoles, hizo que este juego se
llenara de mitos, leyendas y tradiciones que todavía no se han podido comprobar
si son ciertas o que se fueron formando a lo largo de los siglos.