Una Guerrera a la mexicana

Les presentamos una entrevista que le hicimos hace algún tiempo a Ana María "La Guerrera" Torres, ex campeona mundial de peso súpermosca y pionera del boxeo femenino en México.


Arriba del ring es conocida como “La Guerrera”, afuera del cuadrilátero se llama Ana María Torres. Con los guantes en las manos, no hay rival que la pueda vencer; cuando se los quita, es una de las principales promotoras del deporte para alejar a los niños de las drogas y la violencia en Ciudad Nezahualtcóyolt, en el Estado de México.

Ana María Torres, actual Campeona Mundial de Box en la categoría de las Súper Mosca del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), es considerada una de las mejores peleadoras de la historia.

 “La Guerrera de Neza” ha sido nombrada cinco veces Boxeadora del Año, ha ostentado el título nacional, el título de Norteamérica y ha superado todos los obstáculos que se le han presentado en un ámbito donde todavía existen muchas dificultades y restricciones hacia las mujeres.

Con ella platicamos en su Escuela de Box “Ana la Guerrera”, donde nos contó su historia dentro del boxeo, las mayores recompensas que le ha dado este deporte y del ambiente de discriminación que existe hacia las mujeres en el mundo boxístico.





- Ana, cuéntanos ¿cómo te inicias en el boxeo?.

- “Eso de iniciarme en el box fue gracias a mi mamá, ella fue la culpable de llevarme a un gimnasio. Yo tenía 18 años cuando empecé y de hecho era la única mujer entrenando, todos eran puros hombres y para ellos era intrigante verme, siempre se preguntaban qué hacía yo como mujer en  el box”.

- Actualmente eres Campeona Mundial, ¿pero al inicio, esperabas ser boxeadora profesional?

- “No, a mí me gustaba mucho el boxeo, pero nunca pensé en convertirme en profesional.  A nivel amateur, sólo hice 7 peleas y fue cuando mi entrenador me dijo que yo estaba considerada para boxear en la primera función oficial en nuestro país. 

"Ese día –el 3 de julio de 1999- peleé con Mariana Juárez, la vencí y me convertí en la primera mujer en ganar una pelea profesional. Pero yo no sabía nada en ese momento. Yo sólo sabía que me iba a subir al ring a darme de golpes sin careta, sin imaginarme hasta donde iba a llegar y que además iba a pasar a la historia”.

- Cuéntanos un poco de esa primera pelea…

- “No fue nada fácil, me acuerdo que cuando subimos al ring en la Arena México, los hombres nos gritaban que qué hacíamos ahí, que nos fuéramos a lavar trastes; según ellos nosotras no éramos para esto y deberíamos estar en nuestra casa atendiendo al marido. 

"Pero esto me ayudo a comprender que el boxeo profesional no es nada sencillo y mucho menos para las mujeres. Se necesita mucha disciplina, mucho trabajo en el gimnasio y mucha valentía para vencer los prejuicios sociales”.

- ¿Es más difícil el boxeo para una mujer que para un hombre?

- “Es más difícil para nosotras por muchas cosas. A pesar de que el entrenamiento en el gimnasio es igual, nosotras debemos pelear a diario contra hombres para prepararnos, porque casi no hay mujeres que tengan un buen nivel. 

"Otra situación es que hay mucha discriminación en los sueldos y mucho machismo. A los hombres, por ejemplo, en una pelea de campeonato mundial, aún siendo retadores, ganan mucho dinero. 

"Nosotras por ser retadoras ganamos cualquier cosa y esto es injusto porque damos muy buen espectáculo. Además hay muy poca actividad, en otros países las boxeadoras tiene más acción durante el año, aquí nosotras tenemos dos peleas, tres si te va bien. Yo en un año sólo hice una pelea, así cómo te vas a mantener”.

- ¿En México se reconoce de igual manera a un campeón mundial que a una campeona mundial de box?

- “No, para nada. Una campeona mundial no puede vivir como vive por ejemplo Oscar de la Hoya; ni el uno por ciento de lo que él tiene lo tenemos nosotras. Es algo muy ilógico y es una muestra de la discriminación hacia las boxeadoras, porque no hay buena paga. Y aunque mi vida cambió cuando me hice profesional, yo aseguraba que me iba a volverr rica y cuál, sigo igual –dice entre carcajadas-.

“Los sueldos son muy bajos y la situación económica se vuelve una dificultad más porque no existe ningún tipo de apoyo y tienes que trabajar en cualquier cosa para poderte mantener. En mi caso el apoyo de mi esposo y mi familia ha sido fundamental porque yo no vivo del box, ni soy rica ni millonaria como algunos creen. A veces se piensa que la fama te deja mucho dinero pero no, si fuera así yo ya tuviera mi casa; actualmente rento un departamento y también rento este espacio –refiriéndose a su escuela de box-.”

 - ¿Cómo está el boxeo femenino en México?

“Está un poco mejor que hace algunos años pero todavía falta mucho por hacer. Yo soy una de las pioneras del boxeo femenil en México junto con Laura Serrano, y me ha tocado luchar por las demás boxeadoras. 

"Afortunadamente van pasando los años y se van viendo mejorías, muy pequeñas, pero mejorías al fin. Seguramente a mi ya no me va a tocar lo bueno, pero vienen las demás compañeras que gracias a nosotros van a disfrutar del profesionalismo y van a poder vivir plenamente de este deporte”.

- ¿Qué te ha dejado el boxeo a nivel personal?

- “Tengo muchas satisfacciones; el box me ha dado demasiado desde que empecé. Gracias al box he estado en novelas, en programas de televisión, he conocido a muchísimas personalidades; ahora con mi gimnasio apoyo a mucha gente y es una de las dichas más grandes. No soy rica pero sí tengo esto que es un gran orgullo para mí. El dinero es importante pero no es lo único que hace feliz, mis alumnos están orgullosos de su maestra y esto es una gran aliciente.”

- Finalmente, platícanos sobre tu escuela de box y sobre tu compromiso de ayudar a la gente de tu comunidad a través de este deporte.

- Lo abrimos el 28 de enero de 2008 y tuvimos la fortuna de que lo inauguraran personalidades como Don José Sulaiman junto con Carlos Zarate, Rubén Olivares, la `Chiquita´ González y Pepino Cuevas.

“Nosotros cobramos $10 diarios y el proyecto consiste en que vengan los niños para alejarlos de las drogas, la violencia y darles una formación integral en la medida de lo posible. También se les motiva a tener buenas calificaciones porque más adelante está la idea de becar a los buenos alumnos para que sigan estudiando y haciendo deporte.

“Quiero enseñarles todo lo que sé para que no se detengan ante ningún obstáculo, a pesar de que para mi no ha sido nada fácil, al fin de cuentas voy saliendo adelante en mi carrera y en este proyecto del gimnasio”, concluye la campeona mundial, mientras sus alumnos se arremolinan alrededor de ella para escucharla hablar.

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