Un país ignorante no tiene futuro: Neri vela
Quizá una de las caminatas más inimaginables de Rodolfo Neri Vela, el primer astronauta mexicano, ha sido en la Cámara de Diputados, entre legisladores, curules y discursos.
Fue ahí donde recibió la Medalla al Mérito Cívico “Eduardo Neri y Legisladores de 1913”, que reconoce al ciudadano que se haya distinguido por servir a la colectividad nacional a través de hechos políticos, legislativos o cívicos.
“Agradezco a todos los legisladores que me favorecieron con su voto, casi por unanimidad. Es algo que significa mucho para mí, pues me hace sentir que mi vida profesional ha sido de alguna utilidad para la sociedad, en particular en el ámbito educativo.
“Sin considerar las diferencias partidistas de los legisladores, sentí aprecio y respeto por muchos de ellos, que reconocieron mi trabajo en beneficio de México”, dijo el egresado de la Facultad de Ingeniería (FI) de esta casa de estudios.
En el momento de la recepción de la presea, Neri Vela habló sobre corrupción y valores, y pronunció frases como no hay amor a la patria, no hay generosidad, hay mucha simulación, los mexicanos creemos cada vez menos en quienes nos gobiernan.
“Es lógico que hubo incomodidad en varios de ellos, pero en realidad no dije nada que no se sepa o que la mayoría de los mexicanos piense. Posiblemente, algunos creyeron que por recibir la medalla mi discurso sería dócil y servil, pero si así hubiera sido, yo habría sido el primero en traicionar el significado de la presea. Hay que tener memoria y recordar por qué se instituyó”, subrayó.
De Neri a Neri
Fue el pleno de la XLVII Legislatura quien recibió una propuesta para homenajear al exdiputado Eduardo Neri Reynoso, quien desde tribuna enjuició a Victoriano Huerta por la desaparición del entonces senador de la República Belisario Domínguez. El homenaje y la institución de la presea tuvieron verificativo el 29 de diciembre de 1969.
Ahora, 46 años después, Neri Vela recibe la insignia con una apreciación especial. “Para mi familia es muy simbólico ¿Cuándo iba a imaginar mi bisabuelo Canuto Neri que yo, uno de sus futuros bisnietos, recibiría la medalla con el nombre de su nieto Eduardo? Son circunstancias de la vida”.
En la actualidad, dedicado a la escritura de libros y a la divulgación científica en México y América Latina, el astronauta, quien se jubiló como profesor de la Universidad Nacional hace varios años, destacó la importancia de por qué todos los senderos nos llevan al tema de la educación.
“Un país ignorante y sin tecnología propia no tiene futuro. Hay millones de analfabetas, escuelas con pobre infraestructura… ¿Estoy diciendo alguna novedad?... Es preciso invertir más en investigación y, al mismo tiempo, debe haber mucha responsabilidad, eficiencia y patriotismo de los investigadores”, puntualizó.
Sí, existen muchos mexicanos nobles y generosos en nuestra sociedad, pero también es necesario reforzar el civismo, en particular con las nuevas generaciones, a las que invita a conocerlo a través de su página de Internet www.rodolfonerivela.com.
Alunizaje
El 26 de noviembre de 1985 Rodolfo Neri se convirtió en el primer astronauta mexicano en viajar al espacio, como parte de la segunda misión del transbordador Atlantis de la NASA.
Se graduó en 1975 como ingeniero en comunicaciones y electrónica en la Facultad de Ingeniería. Cursó la maestría en Sistemas de Telecomunicaciones en la Universidad de Essex y el doctorado en Electromagnetismo Aplicado en la Universidad de Birmingham, ambas del Reino Unido.
Al regresar a México se dispuso a trabajar en un centro de investigación y retornó a la Universidad Nacional, donde laboró como profesor de tiempo completo e investigador por 30 años.