Las calaveras de Jose Guadalupe Posada, un artista revolucionario
La imaginación del pueblo mexicano se pone de fiesta y le rinde culto a sus muertos con ofrendas, dulces, flores y mucho sentido del humor La calavera vestida de mujer elegante, de revolucionaria, de política, de líder sindical, de personaje famoso, de catrina y de cualquier forma que nuestra imaginación lo permita, forma parte de una tradición popular y muy viva en nuestra sociedad.
Pero las calaveras tomaron vida y se volvieron una parte fundamental en la manera en que se representa a la muerte, gracias al talento e ingenio del artista plástico José Guadalupe Posada.
Él nació en Aguascalientes en 1852 y desde muy pequeño su creatividad lo llevó a conocer algunas expresiones artísticas.
Aprendió dibujo y pintura en un pequeño taller de cerámica; después, durante su adolescencia, descubrió la litografía y el grabado en un taller local y la fascinación que le causaron estas técnicas fueron determinantes para el resto de su vida.
Su gran destreza en los trazos y su dedicación para alcanzar la perfección de sus grabados, lo llevaron a desarrollar un estilo propio que, gracias a su sagacidad, le permitió experimentar con muchas técnicas de impresión y en muchos campos creativos como la ilustración de libros, trabajos publicitarios, la caricatura políticay, por supuesto, la representación gráfica de la muerte.
Posada fue un artista muy cercano a las expresiones y manifestaciones del pueblo; este conocimiento de la realidad que vivían los sectores más bajos de la sociedad, permitió que sus trabajos fueran como un retrato de las conductas y actitudes de la gente de la época.
Sus obras suman una colección de aproximadamente 20 mil grabados en donde se combinan las caricaturas políticas, las ilustraciones y trabajos con técnicas propias del autor. Su trabajo como artista ha sido fundamental en la consolidación de la vida creativa del país.
Cabe destacar que tuvo una gran participación en el ámbito político, al ser uno de los más profundos defensores del espíritu liberal que crecía a pasos agigantados en contra del gobierno de Porfirio Díaz y su gusto por lo extranjero.
Como activista y periodista colaboró en periódicos de la época como El Jicote, Argos, La Patria, El Ahuizote y El hijo del Ahuizote, entre otros; todos de corte liberal.
Considerado como un auténtico “artista del pueblo”, su trabajo influyó de manera profunda en artistas posteriores a su tiempo como Diego Rivera, José Clemente Orozco, Francisco Díaz de León y Leopoldo Méndez, entre otros.
Es considerado el precursor del Movimiento Nacionalista de las Artes y es autentico un pilar artístico de la historia de nuestro país.
José Guadalupe Posada murió el 20 de enero de 1913, defendiendo siempre su ideal democrático, liberal y con mucho sentido del humor al considerar a la muerte como “democrática, ya que, a fin de cuentas, güera, morena, rica o pobre, toda la gente acabará siendo calavera”.
Las calaveras son la materialización del sentido festivo y divertido con que hemos formado una cosmovisión de la vida y de la muerte. A cien años de su desaparición, la visión y humor con que José Guadalupe Posada ridiculizó a la muerte con sus grabados y litografías, forman parte de nuestra cultura y nuestras tradiciones populares.