Crecimiento económico de Hidalgo
Para nadie es un secreto que México está pasando por un entorno económico complicado. Se desplomaron los precios el petróleo, se devalúa el peso, aumentan los pobres y se reducen las expectativas de crecimiento en la medida en que avanza el año y si bien nos va, apenas alcanzaremos un 2%.
Pero según Francisco Olvera, gobernador de Hidalgo, la entidad está viviendo una de las mejores etapas en materia económica.
'Estamos viviendo una época histórica al registrar un crecimiento de 3.7 por ciento de nuestro Producto Interno Bruto, y generando cerca de 35 mil nuevos empleos formales en el actual periodo', afirmó el gobernador.
Sin duda estas cifras son muy buenas. Superar el promedio nacional casi por lo doble, no puede verse como algo negativo; sin embargo, así como la brecha entre los ricos y los pobres es muy ancha, así sucede con la macroeconomía y sus resultados en las economías familiares.
Es decir, los resultados de este crecimiento puede ser que tarde mucho en llegar a los bolsillos de los ciudadanos; sus efectos crean confianza en los inversionistas, pero difícilmente se podrán ver reflejado de manera inmediata en el bienestar de los ciudadanos más pobres.
De tal manera que no hay que perder perspectiva sobre la realidad social que vive México en general, ya que parece que hay un retraso bastante grande en el desarrollo generalizado, en donde los ricos se han hecho cada vez más ricos en las últimas décadas y los pobres…ya sabemos qué pasa con ellos.
Lo que para los economistas, políticos y grandes inversionistas pueden ser datos alentadores, para la realidad cotidiana sigue siendo una gran desilusión que algunas verduras cuestan hasta 40 pesos el kilo o que la despensa sea cada vez más corta y se pague cada vez más por ella.
Y como al menos yo no soy economista, no tendré certeza de lo que realmente signifique este “crecimiento histórico” hasta que las condiciones que planteé antes, tengan alguna mejoría y la calidad de vida de las personas se vea modificada de forma positiva gracias al desarrollo económico de la región.
Algo que en teoría es la consecuencia lógica e inevitable de cuando las cosas van bien, pero en México esto tarda y tarda cada vez más…