Las grandes enseñanzas de la vida

La función de los maestros es una de las actividades que más trascendencia tiene a lo largo de toda nuestra vida. Gracias a ellos aprendimos a contar, a leer, escribir, a transformar y entender nuestra realidad; a imaginar y soñar.


Pero su labor también se ve reflejada en la manera en que convivimos y nos comportamos en sociedad, ya que ellos son los responsables de transmitir e inculcar los valores de convivencia que aplicamos en  nuestra vida cotidiana.

La labor del maestro

Así, generación tras generación, la labor del maestro es una de las actividades que más contribuye al desarrollo de la sociedad en su conjunto.

“Porque la labor que se desempeña en el aula todos los días es una de las tareas más complejas e interesantes; la formación de los alumnos es un reto muy grande y esto exige que el maestro debe de entender y analizar las necesidades de la sociedad, sus cambios y sus transformaciones”, asegura Rufino Mojica, Maestro Normalista de escuela primaria, quien lleva 50 años ejerciendo la profesión del magisterio.

Durante cinco décadas, el maestro Rufino Mojica ha desempeñado su labor con verdadera  entrega y dedicación sin anteponer intereses personales o económicos.

Sin embargo, considera que no basta con que el maestro hable y califique, “la clave  para que su labor trascienda es tener verdadera vocación por enseñar”. Porque “el verdadero maestro –asegura- es aquel que nace con la vocación de convivir con la niñez y que esta dispuesto a prepararlos y orientarlos para que sean mejores personas y no sólo buenos estudiantes”.

Y agrega: “Porque un buen maestro no es aquel que cumple con el programa de estudio, sino aquel que orienta, aquel que nos da enseñanzas de vida”.

Así, la labor del maestro no es trasmitir simplemente el conocimiento, “el verdadero maestro va más allá y entiende que su función no es otorgar una calificación o un número, sino evaluar de manera integral el desarrollo del ser humano que tiene en los salones de clase”, afirma el profesor Mojica.

Los verdaderos maestros

De esta manera, el maestro tiene en sus manos el futuro de las nuevas generaciones que tendrán que afrontar el reto más grande que es vivir y por lo tanto, su labor será la base donde las personas, la sociedad y el país, encuentren el punto de apoyo para su desarrollo.

“Por eso es muy importante ser un buen maestro –considera el profesor Rufino Mojica-, porque esto asegura que los alumnos serán buenos en su entorno social; porque somos los encargados de enseñarles los medios para que ellos como seres humanos se puedan defender”.

El salón de clases

Y existe un lugar en donde todas las cosas pueden suceder y es el salón de clases. Ahí, el maestro realiza su actividad, convive con los alumnos y se transforma en un espacio donde las cosas día a día pueden cambiar gracias a la comprensión y a la amistad que puede nacer entre el aprendiz y el maestro.

Para el profesor Mojica, “el salón de clases es un espacio mágico donde el maestro interactúa con los alumnos en todos los ámbitos de la vida y donde la comunicación y el respeto, construyen una relación de confianza y cariño entre dos seres humanos que se ayudan y se entienden, porque hay niños que necesitan  más cariño que conocimientos”.

Así, el maestro es un pilar fundamental para nuestra sociedad, es una de las profesiones que más influyen en el desarrollo del país. Es además, una de las actividades que alberga en sus manos la formación de buenos estudiantes, buenos profesionistas, pero sobre todo, ciudadanos responsables y excelentes personas.

Porque “la base filosófica de la profesión es la transmisión del conocimiento y al mismo tiempo, proporcionarle al niño la posibilidad de que encuentre los caminos adecuados para que se entienda, se conozca y sea feliz como ser humano; esta es la verdadera labor del maestro”, concluye el Maestro Rufino Mojica. 

 

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