Tres nuevos partidos políticos y más millones para mantenerlos

Humanistas, espirituales y de “izquierda”. Esas serían las palabras que definen a cada uno de los tres nuevos partidos políticos que a partir de julio, ya tienen su registro oficial y podrán participar en el próximo proceso electoral de 2015.



El Partido Frente Humanista (PFH) es fundado por  Javier Eduardo López Macías, un ex militante del PAN que junto con Ignacio Yris Salomón, Ricardo Pinacho Ruiz y con el apoyo de la Coalición de Organizaciones Democráticas, Urbanas y Campesinas (CODUC), decidieron crear una organización política que defendiera una nueva postura y que permita “el surgimiento de una nueva clase política de hombres y mujeres comprometidos con México y el humanismo”, dice este partido en su declaración de principios.

Según sus estadísticas, tienen afiliados a unos 77 mil 489 simpatizantes y contar con más de 300 mil militantes. Su slogan es: “Con tu participación, unidos solucionamos los problemas” y entre sus principales propósitos es convertirse en “un Partido que se convierta en vehículo de ciudadanos y organizaciones con nuevos modelos sociales y diseños institucionales… [para] acercar la política a la gente coadyuvando a su revaloración y práctica concreta”.

Este nuevo partido ha sido vinculado de forma directa a Felipe Calderón y muchos especialistas aseguran que después de perder el control y puestos estratégicos de poder dentro del PAN, ahora busca tener presencia en la escena nacional desde esta nueva estructura política.

De hecho, la imagen de Calderón ha aparecido como parte de la campaña de posicionamiento de este nuevo partido. Pero nada de esto se ha confirmado aún y los dirigentes del PFH niegan esta posible relación.

Encuentro social

Por otra parte, el Partido Encuentro Social (PES); nace en Baja California bajó el liderazgo de Erick Flores,  Alfredo Ferreiro Velasco -ex Alcalde del Municipio de Tecate, Baja California- y Luis Moreno Hernández -ex dirigente estatal del PRD-  y “buscan preservar valores y principios morales a través de la política”, según lo afirman ellos mismo.

Defienden la “pluralidad y el respeto de las diversas creencias espirituales de los mexicanos”, la libertad de “que cada individuo pueda profesar su fe” y la unidad familiar; además de que se colocan en el “centro” de las tendencias políticas.

Según sus cifras, tienen 320 mil afiliados y buscan ser una opción real para las elecciones presidenciales del 2018.

Morena y su líder tabasqueño

Finalmente está el famoso Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) de Andrés Manuel López Obrador y con Martí Batres como presidente. Un partido que surgió como parte de las divisiones al interior del PRD, con la necesidad de AMLO de una agenda propia para continuar su carrera política como líder “real” de la izquierda mexicana y con el perjuicio de algunos sectores de la sociedad, de que solamente es un partido para que el tabasqueño sea -otra vez- candidato presidencial en 2018.

Según el propio López Obrador, “el partido político Movimiento Regeneración Nacional será un instrumento de lucha al servicio del pueblo, de la sociedad, y tiene como objetivo superior la trasformación del país”. Cuenta con 496 mil 729 afiliados, según el Instituto Nacional Electoral.

¿México necesita más partidos políticos?

Pero más allá de ideologías, liderazgos y figuras individuales, la gran pregunta es ¿México necesitaba más partidos pequeños o reforzar, limpiar y obligar a cumplir a cabalidad con sus responsabilidades a los partidos ya existentes?

Porque el gran vacío que tenemos como ciudadanos no es la falta de posibilidades para elegir. Hay una gran cantidad de opciones hacia donde dirigir nuestros votos, el problema es que las actuaciones de cada uno  de esos partidos en los ámbitos de la alta política nacional, nos deja la sensación de que lo que hacen no nos representan y sus acciones a veces no nos producen ningún  beneficio para los votantes.

Es decir, los políticos están alejados de la sociedad. No hay un diálogo abierto, no hay corresponsabilidades que se deban cumplir –nada más hay que acordarse de las promesas de campaña incumplidas-, no hay representatividad y lo peor de todo, ellos –los poderosos-, están viviendo en un México que pareciera irreal o que solo existe en su entorno.

Un negocio millonario

El presupuesto asignado para los partidos políticos en 2014 es de  3 mil 925 millones 109 mil pesos. Para estos tres nuevos partidos hay un presupuesto de 50 millones 550 mil pesos para sus gastos de operación en los meses que restan de este año.

Con esta cifras, nos damos cuenta que el sistema multipartidista sale muy caro para la sociedad mexicana. Y peor aún, con las experiencias del Verde Ecologista o Nueva Alianza, en donde todo se redujo a un negocio familiar y a alianzas con el mejor postor, el peligro de que este modelo se duplique con los nuevos partidos es latente y real.

Habrá quien vea con buenos ojos tener más opciones en las boletas electorales, pero también está la gran disyuntiva de que estos nuevos partidos repitan vicios, se corrompan y vendan sus ideales y filosofías a cambio de sobrevivir y de gozar de los presupuestos millonarios a los que tienen acceso.


 

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